El día de ayer Papá Fidalgo llego a la Ciudad de México en plan de trabajo, pero me llamo para invitarme a cenar, -para ponernos al día- hablamos de cosas como el testamento, un tema que no me hace del todo feliz, no por lo que un testamento implica per se, si no porque me puso en la posición de poder opinar en como tiene estructurado el mismo, vamos no soy tan inteligente o desinteresado como para poder decir si es que está bien que yo me quede con tanto y mis hermanos con tanto más, vamos que al final del día el testamento es su santa voluntad y a mí me tocara en su momento respetarla así me deje cien así me deje uno, pero bueno ese no fue le temas que a mí más me importo, o digamos llamo mi atención, sino la pate en la que me dijo –estoy muy orgulloso de ti- casi, lo juro , casi se me cae la copa de la mano cuando lo dijo, verán, no es que me lleve mal con él , ya no, pero a Papá Fidalgo el tener que adaptarse al hecho de que a su niño le gustan los niños no fue lo mejor que le paso en la vida y pasamos bastante tiempo en el estire y afloje de eso, muchas cosas que no vienen al caso ocurrieron entre él y yo, las cuales dieran como resultado un distanciamiento que de no ser por la intervención de Mamá Fidalgo hubiese acabado en un Cuba-Estados Unidos en chiquito, así que la aprobación de mi padre en mi vida y mis acciones simplemente era ( y en cierto modo sigue siendo) no requerida o necesaria, así que de pronto escuchar eso me tomo por sorpresa y él se dio cuenta. Me pidió que lo dejara seguir sin interrumpirlo….
Me dijo que cuando yo nací el creo todo un plan de vida para mi, un plan en el que yo era feliz y el también, un plan que un buen día se fue enterito a la basura porque ningún padre cuando un bebe nace crea un plan de vida pensando - …y si mi hijo es gay …- y cuando eso pasa es difícil reaccionar ante ello, mas aun cuando tu hijo tiene el valor suficiente , que tu como padre ves como descaro, de aceptarse y no esconderse la cosas se pone más difícil, sobre todo en una sociedad como en la que nosotros vivimos ( en Veracruz) , me dijo que tampoco fue fácil para el saberme de pronto con un hombre al lado, saber que vivíamos y convivamos juntos todos los días como pareja haciendo lo que las parejas hacen, que es por eso que siempre que llamaba a casa y Jose Miguel contestaba, le decía que colgara y que volvería a llamar para que yo estuviese al pendiente del teléfono, que le dolió mucho no poder vencer su orgullo a la muerte de Jose Miguel y poder abrazarme y decirme de mejor manera que la vida para mi seguía adelante; Me dijo también que le daba miedo aceptar que vivía con miedo de pensar que un día me enfermaría de VIH y después de que yo lo tachara de ignorante por creer en tantos y tantos clichés que la sociedad se crea para no intentar entender lo que le es extraño, que sentía un poco de vergüenza de aceptar que estuvo equivocado mucho, mucho tiempo y de que yo lo único que hacía en muchos casos en los que él sabe que me ofendió era quedarme callado y darme media vuelta, que sabe que el tiempo que paso es ya tiempo perdido que no volverá y que como dice el dicho “palo dado ni Dios lo quita”.
Lo abrace y por primera vez en mi vida no me importo que mi padre me viera con lagrimas en los ojos…a él tampoco le importo que yo lo viese igual.
No es que hoy lo quiera mas, hoy lo quiero mejor.