Thursday, August 07, 2014

DESDE TRAFALGAR SQUARE....


Hablar de temas delicados cuando se tiene la voz áspera puede resultar en algo contraproducente e incluso, exagerando un mucho, peligroso, pero quedarme callado los sería aún más, diría la canción – lo que llevo dentro se convertiría en una jauría de remordimientos- y no estoy yo a estas alturas del partido para andar guardando cosas que no solo ponen una sonrisa en mi cara, sino que también me hacen tener la certeza de haber hecho bien, de haber amado bien, de que me amaron bien.

 El día de hoy, cuando comencé a revisar mensajes vi uno que salto inmediatamente entre los demás, el remitente es alguien que hace mucho no me escribía, definamos mucho como algunos meses, alguien que fue uno de los motivos principales para que yo llegara a vivir y hacer vida en México DF, alguien a quien con seguridad puedo decir, ame, textualmente dice – pase corriendo por Trafalgar Square como casi todos los días, pero hoy  pensé mucho en ti, tanto que la hora que es y sigo pensando en ti, espero que estés muy bien, hoy me di cuenta yo estoy muy bien y que todo va a estar muy bien…te prometo que en diciembre iré al mercadito ese que me mencionaste y me comprare algunas mandarinas. Te mando un beso y un abrazo muy fuerte, te puede sonar raro, pero te estoy extrañando -

Y es que él vive en Londres ahora, la última vez que cruzamos palabras fue cuando una noche después de un sueño en el cual lo veía a él no exactamente bien, le escribí un mensaje de Facebook y me conto justo de su mudanza, de que le estaba costando un poco adaptarse, pero que estaba muy emocionado, yo le desee suerte, y le conté que una de mis memorias más estimadas de Londres era la de ese momento en que compre en un mercadillo una bolsa de mandarinas, me senté  de frente a Trafalgar Square y de pronto ahí, en un momento supe que todo estaría bien, que yo estaría bien (estaba tratando de superar un duelo). Ahora veo que si leyó aquel mensaje.

Y es que hay personas, que no se olvidan, carajo, es como olvidar que el aire hace falta para vivir, y no obstante siento en el estómago ese “algo” que también me hace sonreír discretamente y provocar poner todo esto en letras, estoy muy claro que es recuerdo, no añoranza, que es amor, o eso que nos han enseñado a llamar amor, ese amor  que está ahí como testigo de que soy capaz de amar, ese amorque no se destruirá con nada, ese amor que bien dentro, si es que podemos etiquetarlo, dice, palabras más, palabras menos –gracias por haberme hecho amarte, por hacerme dar tantos pasos que tenía miedo a dar, gracias sobre todo por haberme amado-

 

Gracias Juan Pablo.

 

2 comments:

epistolario segun san alvaro said...

Que fuerte... yo tmb he andado nostalgico, un poco raro cari... las cosas van bien, pero algo por dentro no termina de soldar.

Me hiciste volver a un pasado no tan remoto.

Erick said...

Un abrazo!