SABADO POR LA TARDE

Hay cosas de mi vida que no puedo cambiar, bien dicen que “perro viejo no aprende nuevos trucos”, no lo creo del todo pero si aplicaría en ciertos casos, soy de los que prefiero aquel de “Más sabe el Diablo por viejo que por Diablo”..pero bueno vamos a las cosas que aunque puedo , no quiero cambiar..una de ellas bastante importante son esos momentos de soledad, vamos que a mi nadie me estorba y antes e que alguien diga arqueando una ceja –¿que nadie te estorba?- aclaro que es cierto, los que me ponen de malas sirven para que mi mitad siniestra salga a tomar sol y los que considero unos imbeciles por la vida hacen que me interese en nuevos temas o bien hagan que mi mente trabaje en nuevas y dóciles formas de decirles “eres un imbecìl” a veces si necesidad de decirles nada….bueno retomemos!!!

No quiero cambiar los sábados por la tarde, en los que no hay nadie, en los que me sobra el tiempo para sentarme en algún lugar que me admita a mi, a Lázaro y a mi libro acompañante de turno, en los que puedo esperar sin prisa a que alguien llegue o alguien llame, en los que me puedo sentar a ver pasar a cientos de personas en su prisa cotidiana y no ser parte de ellos, en los que dejo el periódico de lado y decido advertir las noticias que traen los que armados de guitarra o de una gaita se ponen a cantar frente adonde este sentado, ver pasar a ciclistas y modelos en franca y tímida competencia por lucir las mejores piernas, caras , brazos sin que se enteren que el juez de turno (yo),este mas entretenido viendo al perro que han dejado atado en un poste…..

No quiero ni debo cambiar.

Jala una silla,

sientate a un lado,

aquí, donde pega el sol.

Mediodía

Café Tacvba