Hoy al despertar, revisando mensajes que llegaron pasada la media noche, me enteré: mi abuela ha fallecido. Así que oficialmente ya no tengo abuelas. Quien primero se me vino a la mente es mi papá, el está bien, tranquilo si se puede decir, de cierto modo ya era algo que tenía que pasar.
Por mi parte es algo similar, estoy tranquilo, obviamente creo que es tiempo de estar con la familia, tiempos fríos le llamo yo, de estar juntos, abrazados ( metafóricamente, en Veracruz el calor está de la chingada); y eso que , no me atrevo a decir duele, pero sí que está ahí, la parte de mi perdida me llega en forma de recuerdo, de batas que se convirtieron en capas para que volara, de pedazos de palo de escoba con un mecate a modo de micrófono (¡carajo que en aquella época no había inalámbrico!) para que cantara el bosque de la china o la feria de Cepillin, de ahí que algunos me conozcan con ese apodo, o de las veces que me advirtió que no me meciese (o es meciera) tan fuerte en la hamaca, porque oh sí que volé (literal) varias veces...
Se, claro está, que mi abuela no va a leer esto, y si lo lee ¡abuela deja un comentario desde el más allá para que lo veamos en el más acá! Pero si ustedes leyeron hasta acá, 1) gracias por tomarse el tiempo, 2) no se trata de ganar pésames ni nada por el estilo, se trata que si tiene a sus abuelas, o a quien sea que les hacía las capas, los micrófonos o lo que sea que los hizo niños felices díganle cuanto los quieren, si no es así, en silencio, hacia adentro, dedíquenle un gracias.